Cuando alguien viaja por el norte de la región mazateca de Zoquiapam
se equivoca de dirección al llegar a los cruces de las sinuosas veredas, luego
ve que se adentra en una extraña y poblada montaña. Los árboles de los bosques
son de unas dimensiones grandes. El terreno se hace más escarpado y las rocas
cubiertas de maleza van encajonando cada vez más.