Durante el momento llamada “La labrada de cera” acudieron los vecinos de las comunidades aledañas para acompañar al mayordomo y aportar su cooperación que se requirió para solventar los preparativos de la fiesta.
Para finalizar el evento se cerró tronando los cohetones, y al mismo tiempo se ofreció un convivio a los asistentes para saborear una rica comida con tamales de olla y de frijoles, y también se repartieron cervezas y aguardiente para variar los gustos.