jueves, 31 de diciembre de 2020

La elección es personal

Una cosa es pensar cómo fue el 2020, y otra cosa es elegir cómo será 2021. ¿Listos para un nuevo año?




El año que termina

El año 2020 estará en nuestros recuerdos y memorias. Será para aprender a ser mejores en un mundo en mejora continua y cambiante. Implica el regreso a la creación colectiva y consumo colaborativo. Vivir para la felicidad y la grandeza de la comunidad y el pueblo.




Despedimos el año 2020 con mucha emoción, felicidad y esperanza. Dejando atrás lo indeseable y sólo en el recuerdo la verdadera enseñanza.

La responsabilidad en los cargos

En los pueblos originarios los que ocupan cargos de autoridad son responsables de los programas que ponen en práctica y de las instrucciones que dictan. Los que consienten en ejecutar órdenes no pueden, en general, alegar que no sabían o que la culpa es solamente de los que ocupan posiciones superiores.

Aprendizaje que deja 2020

El año 2020 estará en nuestros recuerdos y memorias.  Será para aprender a ser mejores en un mundo en mejora continua y cambiante. Implica el regreso a la creación colectiva y consumo colaborativo. Vivir para la felicidad y la grandeza de la comunidad y el pueblo.

Actuar de un hombre de conocimiento

Entender la naturaleza de la desigualdad actual escribiendo una genealogía del presente, como hace cualquier hombre de conocimiento de los pueblos originarios. Averiguar cuándo, dónde, cómo y por qué se dieron los procesos que llevó a experimentar un salto cualitativo en los niveles de desigualdad.

Un proyecto de vida

Para cada persona hay un proyecto racional de vida que determina su bien. De ahí que una acción buena es aquella que ninguna exigencia de deber u obligación natural nos obliga a realizarlo o a no realizarlo, y que promueve e intenta promover el bien de otro, su proyecto racional

Capacidad de los pueblos originarios

El respeto propio de los pueblos originarios implica una confianza en la propia capacidad, en la medida en que ello depende del propio poder, de realizar las propias intenciones. Sin él, todo deseo y toda actividad se tornan vacíos y vanos, y nos hundimos en la apatía y en el cinismo ladino. Nada parece digno.